Un ensayo es una obra literaria relativamente breve, de reflexión subjetiva en la que el autor trata de una manera personal, no exhaustiva, y en la que muestra cierta voluntad de estilo de forma más o menos explícita. Esto último propone crear una obra literaria, no simplemente informativa. Puede tratar sobre temas de literatura, filosofía, arte, ciencias, sociales y política, entre otros.
El ensayo, a diferencia del texto informativo, no posee una estructura definida ni sistematizada o compartimentada en apartados o lecciones, por lo que ya desde el Renacimiento se consideró un género más abierto que el medieval tractatuso tratado, o que la suma, y se considera distinto a él también por su voluntad artística de estilo y su subjetividad, ya que no pretende informar, sino persuadir o convencer. No pretende agotar un tema, como el tratado: de ahí su subjetividad, su carácter asistemático y su estructura flexible.
El ensayo es una interpretación o explicación de un determinado tema —humanístico, filosófico, político, social, cultural, deportivo, por mencionar algunos ejemplos—, desarrollado de manera libre, asistemática, y con voluntad de estilo sin que sea necesario usar un aparataje documental.
En la Edad Contemporánea este tipo de obras ha llegado a alcanzar una posición central.
En la actualidad está definido como género literario, debido al lenguaje, muchas veces poético y cuidado que usan los autores, pero en realidad, el ensayo no siempre podrá clasificarse como tal. En ocasiones se reduce a una serie de divagaciones y elucubraciones, la mayoría de las veces de aspecto crítico, en las cuales el autor explora un tema concreto o expresa sus reflexiones sobre él, o incluso discurre y diserta sin tema específico.
Ortega y Gasset lo definió como "la ciencia sin la prueba explícita". Alfonso Reyes afirmó que «el ensayo es la literatura en su función ancilar» —es decir, como esclava o subalterna de algo superior—, y también lo definió como «el Centauro de los géneros». El crítico Eduardo Gómez de Baquero —más conocido como Andrenio— afirmó en 1917 que «el ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de la poesía, y hace excursiones del uno al otro». Y por su parte Eugenio d'Ors lo definió como la «poetización del saber».
Utiliza la modalidad discursiva expositivo-argumentativa y un tipo de «razonamientos blandos» que han sido estudiados por Chaïm Perelman y Lucie Ollbrechts-Tyteca en su Tratado de la argumentación.
A esto convendría añadir además que en el ensayo existe, como ha apreciado el crítico Juan Marichal, una «voluntad de estilo», una impresión subjetiva que es también de orden formal.
Otros géneros didácticos emparentados con el ensayo son:
· El discurso (en el sentido de «discurrir» sobre un tema concreto).
· La disertación
· El artículo de prensa.
· Los géneros renacentistas y humanísticos del Dialogo, en sus variantes Platónica, Ciceroniana y Lucianesca.
· La epístola.
· La miscelánea.
Ensayos literarios: esta clase de ensayo se caracteriza por la libertad y amplitud de temas tratados. Si bien parten de obras literarias o citas, no se limitan a abordarlas con exclusividad, sino que se las combina con observaciones, costumbres y experiencias. El ensayo literario se caracteriza por ser subjetivo, directo y sencillo, buscando plasmar con claridad la visión y reflexiones del propio autor y puede abordar distintas disciplinas como historia, filosofía, política, moral, entre otros.
Ensayo científico: este se caracteriza por combinar la imaginación artística con el razonamiento científico. Se puede decir que por un lado toma de la ciencia el objetivo de explorar la realidad, en búsqueda de verdades, mientras que toma del arte la belleza expresiva, la originalidad y creatividad. A pesar de recurrir a cuestiones artísticas, el ensayo científico debe dejar bien en claro aquello que quiere expresar.
Ensayo crítico: esta clase de ensayos también se caracteriza por abordar temas variados y de manera libre y están orientados a un público amplio. Suelen ser breves aunque buscan tratar los temas con profundidad. Poseen una libre estructura y un estilo en el que predomina la elegancia y el cuidado. Se vale de una amplia documentación para su realización y para lograr expresar sus ideologías, valoración, opiniones y reflexiones acompañadas por elementos científicos y teóricos.
Ensayo argumentativo: este tipo de ensayo tiene como objetivo defender una tesis propuesta y busca convencer al lector de dicha postura. Se vale de un lenguaje sencillo, formal y culto, en el que predomina un estilo natural. Las ideas deben ser planteadas de forma clara y debe existir una relación lógica entre ellas. También debe evitar la tendenciosidad, es decir, dar a conocer sólo aquello que favorezca la postura del autor, dejando de lado información relevante que la contradiga.
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